Los santos son hombres o mujeres destacados en diversas tradiciones religiosas debido a sus atribuidas relaciones especiales con las divinidades o por su particular elevación ética. Su influencia trasciende los límites de su propia religión cuando la aceptación de su moralidad adquiere componentes universales. Por ejemplo, figuras como Teresa de Calcuta o Gandhi son consideradas santos, y en general, todos los fundadores de las grandes religiones también pueden ser vistos como tales.

En el cristianismo, los santos son personas destacadas por sus virtudes y se consideran modelos que muestran a los demás un camino ejemplar de perfección. La principal virtud de los santos es su capacidad para amar a Dios y a los demás seres humanos. La religión cristiana sostiene que toda la humanidad está llamada a ser santa y a seguir el ejemplo de los santos, cuya vida se resume en un solo concepto: el amor al ser supremo.